Pestañas

viernes, 17 de marzo de 2017

La comunicación no verbal, Flora Davis



Título: La comunicación no verbal
Autor: Flora Davis
Fecha de publicación: 1998
Número de páginas: 272
Editorial: ALIANZA EDITORIAL


¿Quién es Flora Davis?

Psicóloga americana, Flora Davis es una especialista en el lenguaje no verbal y la comunicación por gestos. 
Flora Davis nos introduce en el mundo de la comunicación no verbal, un mundo que todos sospechamos que existe, pero pocos conocen o investigan. El lenguaje no verbal es un conjunto de actitudes, gestos, posturas, movimientos, la mayor parte de ellos casi imperceptibles, que emitimos de manera inconsciente y captamos también sin la intervención de la consciencia. Cada gesto, cada postura, la ropa que utilizamos, el coche que compramos, forman parte de nuestro lenguaje, dicen algo de nosotros, aunque estamos muy lejos de conocer todo el significado. 
Ha escrito Inside intuition: what we know about non-verbal communication (1973), traducido como El lenguaje de los gestos (Emecé, Buenos Aires, 1996), y también publicado con el título La comunicación no verbal (Alianza Editorial, 1998). 



Capítulo 2: Indicadores de sexo

 Este primer capítulo comenta un tema de controversia en la actualidad: los indicadores de sexo. ¿Realmente somos lo que aprendemos o hay algo en nuestro interior que nos hace actuar de   la forma en la que lo hacemos?

Para sostener el debate, el autor de la novela hace referencia a varios autores especializados en el tema como Margaret Mead en Sex and Temperament in Three Primitive Societies o Ray Birdwhistell en Sex and Temperament.

Sus conclusiones sobre el tema son claras: existen unos claros indicadores para diferenciar el sexo entre hombre y mujer, pero estos están más sujetos a la cultura en la que se desarrolla el individuo que a un comportamiento innato de cada uno.

Otro de los temas en los que se centra el capítulo es como afectan estos indicadores en el galanteo entre los seres humanos.

Se defiende como, en cierto modo, los humanos nos centramos en estos prejuicios de los indicadores culturales a la hora de aproximarnos a otra persona. Es decir, no será el mismo comportamiento el de una mujer que el de un hombre, del mismo modo, no encontraremos ningún parecido entre ese mismo comportamiento entre dos lugares distintos del mundo.


Es imposible negar la existencia del influjo cultural sobre el comportamiento de las personas pero este no va tan relacionado con el hecho de ser hombre o mujer sino con el contexto social existente.

La sociedad va evolucionando cada vez más rápido y a día de hoy la defensa de la igualdad de género es el pan de cada día.
Si comparásemos el modo de actuar de una mujer de la actualidad con otra del renacimiento las diferencias serían abismales.  Seguramente la mujer del siglo XXI sería tachada de “masculina”.

La conclusión de este ejemplo es a fin de cuentas la misma comentada anteriormente, la sociedad dicta las diferencias de género y estas cada vez se van reduciendo más. Solo cabe desear que en un futuro todos esos prejuicios queden a un lado del género y el modo de actuar sea considerado de forma individual y no en un conjunto de masas.




Capítulo 3: Comportamientos durante el galanteo

Nuestro segundo capítulo a comentar no es más que una continuación de los temas tratados anteriormente. Una vez establecidos los roles sexuales ya sean por culturización o por cuestiones innatas, se da paso al galanteo y al cuasi galanteo.

De nuevo se enfrentan distintas opiniones respecto al tema señalado, de las que el autor destaca a los especialistas Albert Scheflen y Ray Birdwhistell.

Debemos destacar las claras diferencias entre el galanteo, que conllevaría una connotación mucho más sexual y que buscaría un fin del mismo, y por otro lado el cuasi galanteo que se ve reflejado en el día a día de todo el mundo.

Sin ninguna duda este segundo tema resulta mucho más interesante debido a su falta de explotación en los medios donde acostumbramos a ver solamente una descripción del galanteo explícito.

La forma de actuar cambia inconscientemente en cualquier persona al crear contacto con otra distinta, sin intención de buscar ninguna respuesta social sino más bien, simple aceptación.

Como el propio autor cuenta el reaccionar ante esos impulsos inconscientes que nos controlan en situaciones de interacción resulta paralizante y que menos que intrigante.



 Capítulo 11: La interpretación de la postura

El tercer capítulo nos habla de la importancia de la postura y de cómo algunos pequeños detalles pueden delatar mucho más de lo que decimos con las palabras (un apartado más de los muchos aspectos del lenguaje no verbal). 

Además de describirnos algunas posturas reveladoras que usamos a diario sin darnos cuenta como puede ser encorbarnos ante una situación que nos desagrada o sacar el pecho para delante cuando nos sentimos intimidados por alguien y queremos disimularlo, también nos cuenta un aspecto muy curioso relacionado con la salud, en concreto con algunos estados como depresiones.

El influjo de las postura puede afectar en muchos más aspectos de nuestra vida de lo que pensamos.



Capítulo 12: Ritmos corporales

El último capítulo a comentar es de los más interesantes. Este habla de la sincronía entre el cuerpo y el ritmo al hablar y de como todos nos coordinamos de manera inconsciente al relacionarnos entre nosotros.

Es curioso como poco a poco todos los capítulos se van solapando y es difícil distinguir entre lo que te contaba uno y lo nuevo del siguiente. Por eso, este parece ser una culminación de todos los anteriores, juntando ese cuasi galanteo, la posturas y el ritmo global de la situación.

El autor destaca como se produce ese compás de forma natural y diferentes casos en los que esto no ocurre de forma tan fluida, incluso llegando a salirse completamente de la sinfonía.

Uno de los ejemplos que nos propone es el caso de una niña blanca y otra negra y la forma en la que ambas intentan buscar una atención por medio de ese movimiento acompañado con la voz y las facilidades que presenta cada una.

Otro caso que cuenta es el de las personas con algunas enfermedades como el autismo o la esquizofrenia. En estos casos esa no se llega a conseguir esa unión entre el cuerpo y las palabras lo que provoca, de una forma más o menos consciente, un rechazo a aquel que lo percibe.




Para concluir con esta pequeña reseña de algunos capítulos del libro de Flora Davis describiría la obra con una palabra: interesante.

Seguramente encontremos libros mucho más completos en la materia y que nos aporten mucha más información, pero para conseguir un primer contacto con el tema del lenguaje corporal resulta suficiente en su mejor significado.

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